- A partir de ahora ahora no hay cantidad mínima de donación. Cada cuál puede elegir la cantidad que estime oportuno para donar a la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Lo único que es pido es que penséis en la labor que realiza esta ONG.
- Puedes donar tus propias fotos. Seguro que tienes alguna foto hecha por tí que está muy bien. Si quieres, puedes enviármela con tu nombre y apellidos y la pondré en la web para que cualquiera pueda donarla en las mismas condiciones que cualquiera de mis fotos. Si tienes alguna foto que quieras donar puedes enviármela al e-mail valentinesb@gmail.com
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Recuerda que es muy fácil poder "donar" una foto y ayudar a la AECC.
Fotos con una historia detrás
Detrás de todas las fotos hay una pequeña historia. Os dejo algunas de ellas...
Es una ruta impresionante. Tiene de todo. Un pequeño paseo inicial por un sencillo camino. Una subida por una montaña entre escobas. El paso por un curioso pinar.
Una vez allí empieza lo bueno. Allí comienza el descenso por un pedregal hacia un lugar oscuro y desconocido...Allí está el impresionante hayedo al que nos dirigiremos y en el que
realmente se va a disfrutar de la Naturaleza en todo su esplendor. Pero es una ruta en la que no hay que descuidarse, pues hay que pasar saltar numerosas veces el arroyo, y es fácil
darse un resbalón. Con estas precauciones comenzamos a disfrutar del bosque mágico.
Allí vimos la cascada que vemos en la fotografía. Un extraño ruido, un pequeño ser que pasaba muy rápido. Yo creo que era un hada. La llamé, y me dijo que la siguiese si quería que me
contara su secreto. Era un ser mágico, como el bosque en el que vivía. Era imposible no adentrarse en este bosque tan mágico. No tuve más remedio que seguir al hada...
Una vez allí empieza lo bueno. Allí comienza el descenso por un pedregal hacia un lugar oscuro y desconocido...Allí está el impresionante hayedo al que nos dirigiremos y en el que
realmente se va a disfrutar de la Naturaleza en todo su esplendor. Pero es una ruta en la que no hay que descuidarse, pues hay que pasar saltar numerosas veces el arroyo, y es fácil
darse un resbalón. Con estas precauciones comenzamos a disfrutar del bosque mágico.
Allí vimos la cascada que vemos en la fotografía. Un extraño ruido, un pequeño ser que pasaba muy rápido. Yo creo que era un hada. La llamé, y me dijo que la siguiese si quería que me
contara su secreto. Era un ser mágico, como el bosque en el que vivía. Era imposible no adentrarse en este bosque tan mágico. No tuve más remedio que seguir al hada...
Seguí al hada, y cada vez me adentraba más en el bosque. Le dije que quizá no era bueno seguirla tanto rato, pues se iba a hacer de noche, y a lo
mejor nos perdíamos. "No pienses tanto en el futuro, y disfruta del presente" - me aconsejó.
Continuamos caminando por el hayedo, saltando de vez en cuando el arroyo. Llegamos entonces a la parte más oculta del bosque, donde el hada me dijo que vivía.
Allí, al lado de las setas que podemos ver en la foto, nos paramos a descansar un rato. Me preguntó qué me había parecido el bosque, y hablamos de todo un poco.
Sobre todo de la suerte de poder disfrutar de instantes como ese.
Habríamos estado allí mucho más tiempo, pero era hora de volver. De nuevo el hada salió "volando" y continuamos nuestro camino.
Poco después el hada me revelaría su secreto...
De repente el hada se detuvo en un sitio del bosque, y la pude alcanzar.
Se paró en el lugar de la fotografía, justo la lado de las flores blancas que vemos.
Me llamó la atención que se parase al lado de las flores. Me dijo que me sentase a su lado, justo desde donde pude hacer la foto.
- Te voy a contar el secreto de las hadas - me dijo.
Me quedé sorprendido, pues no sabía de qué se trataba.
- ¿ Sabes ? Las hadas en realidad somos mujeres que, por diversas razones, hemos quedado "atrapadas" en algún bosque mágico como este en forma de hadas.
Aunque puede parecer una vida muy bonita, en realidad estamos deseando volver a nuestra vida normal, con nuestra gente.
- ¿ Puedo hacer algo para ayudarte ? - le pregunté.
- Ya lo has hecho. Para mucha gente somos invisibles, y sólo aquellos que realmente ven con el corazón pueden llegar a vernos.
Cuando alguno de vosotros nos ve, y consigue recorrer el bosque entero con un hada, entonces se cumple la magia y podemos volver con nuestras familias como personas
normales. Por eso te doy las gracias - Me dijo el hada.
- No sabía que te podía ayudar y me alegro mucho de que lo haya podido hacer - le respondí.
- Me he enterado de que te vas lejos, y vas a tardar en volver por estas tierras. Yo ahora también dejaré de ser un hada y me convertiré en una persona normal.
Quién sabe si nos encontraremos en algún sitio. Pero recuerda, la ayuda que un día prestes a alguien, tarde o temprano te será devuelta. No importa cómo sea esa ayuda:
en forma de detalle, abrazo, beso, broma, llamada, etc...se puede ayudar de muchas formas. Aunque puede que al principio no lo creas, pero en un futuro esa ayuda te será
devuelta por esa u otra persona.
Si sigues caminando hacia allí (me señaló una dirección) podrás encontrar la salida. Esta es la ayuda que te presto.
No olvides lo que te he dicho - terminó diciéndome el hada.
De repente, un ruido extraño me sobresaltó y el hada desapareció...
Continué caminando hacia la dirección que me había señalado y pude encontrar la salida sin problemas.
Aquellas horas en ese bosque me resultaron realmente mágicas, y estuve varios días dándole vueltas al tema...pensando si lo que había visto era real o no.
Unos días más tarde, y ya de vuelta en mi ciudad, me encontré con una chica que me preguntó por una calle. Parecía desorientada y le ayudé. La miré a los ojos y nos
sonreímos.
Esos ojos eran inconfundibles...era ella.
Los días pasaban como si nada ocurriese, cuando casi por casualidad, se miraron a los ojos (cosa que habían tratado de evitar durante este tiempo). Ahí empezó a cambiar todo.
Ella quería ir más allá y que se pudieran conocer mejor. Él no hacía más que ponerle excusas: “no quiero formalismos” – decía. “No me van esas cosas”.
Un tiempo después él se fue a trabajar fuera. Aunque al principio seguían hablando, finalmente perdieron el contacto.
Ella siguió acordándose mucho de él, pensando qué estaría haciendo, o dónde estaría.
Un día, mientras ella estaba paseando, se encontró con su amigo, acompañado de otra chica.
-“Te presento a mi novia” – le soltó directamente, sin siquiera preguntar por ella.
Ella notó algo raro: no era él mismo, estaba menos alegre, algo le ocurría.
Al despedirse le preguntó si le pasaba algo, a lo que él respondió negativamente.
“Si necesitas algo llámame” – le dijo ella.
Pasaron los meses y ella estaba dando un paseo por el lugar de costumbre, cuando de repente lo vió en la lejanía. Estaba solo.
Allí estuvieron hablando toda la tarde. Durante un tiempo no llegaron a nada más, pues comprendieron que lo mejor es que siguieran siendo amigos. Aunque en el fondo, ellos sabían que todo podría cambiar en cualquier instante.
De repente, un día se miraron a los ojos y comprendieron que ya nada iba a ser igual: todo iba a cambiar…
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Tuvimos mucha suerte de poder ver un cielo completamente estrellado. Allí estuvimos contemplando la inmensidad del universo, viendo las diversas constelaciones, y
de vez en cuando haciendo alguna foto.
Y de repente en el cielo...una estrella fugaz. Unos instantes para pensar en algo...o en alguien, y pedir (por qué no) un deseo.
Lo que le habría gustado estar allí esa noche...
No os diré lo que pedí al ver la estrella, pues dicen que si no los deseos no se cumplen. Aunque parezca imposible en algunos casos que lleguen a cumplirse, yo creo que con
esfuerzo se pueden convertir en realidad. Pero eso sí, tendremos que poner un poco de nuestra parte.
Y mientras confiamos en que se cumplan, podemos tener algún detalle con las personas que apreciamos. Es muy fácil: preguntar qué tal ha ido la semana, hacer una
llamada, mandar un mensaje, gastar una broma...seguro que la otra persona lo agradecerá.
Volviendo a Sanabria...habría estado allí toda la noche, durmiendo incluso al raso, contemplando las estrellas.
Esa noche y ese instante fueron mágicos.
Tuvimos mucha suerte de poder ver un cielo completamente estrellado. Allí estuvimos contemplando la inmensidad del universo, viendo las diversas constelaciones, y
de vez en cuando haciendo alguna foto.
Y de repente en el cielo...una estrella fugaz. Unos instantes para pensar en algo...o en alguien, y pedir (por qué no) un deseo.
Lo que le habría gustado estar allí esa noche...
No os diré lo que pedí al ver la estrella, pues dicen que si no los deseos no se cumplen. Aunque parezca imposible en algunos casos que lleguen a cumplirse, yo creo que con
esfuerzo se pueden convertir en realidad. Pero eso sí, tendremos que poner un poco de nuestra parte.
Y mientras confiamos en que se cumplan, podemos tener algún detalle con las personas que apreciamos. Es muy fácil: preguntar qué tal ha ido la semana, hacer una
llamada, mandar un mensaje, gastar una broma...seguro que la otra persona lo agradecerá.
Volviendo a Sanabria...habría estado allí toda la noche, durmiendo incluso al raso, contemplando las estrellas.
Esa noche y ese instante fueron mágicos.
Uno llega a un lugar como ese con ganas de hacer fotos...cuantas más mejor. Sin embargo pronto se da cuenta de que no está en un lugar cualquiera.
Allí lo de menos es las fotos que se hagan, o si quedan bien o mal. Con el lago como principal atractivo, esta comarca nos permite conocer lugares impresionantes,
como el Cañón del Tera, el de Cárdena o el de Forcadura; pueblos como San Martín de Castañeda, Ribadelago o Puebla de Sanabria y gentes de esos pueblos que nos
acogerán con los brazos abiertos.
Cuando vayáis allí os recomiendo aprovechar a hablar con alguna persona de estos pueblos, especialmente con personas mayores. Es entonces cuando nos podremos enterar
de cómo se vivía hace no tantos años en esa comarca, las costumbres que tenían, los juegos de los niños de aquella época, etc...
Para los amantes de la naturaleza podemos disfrutar de sus magníficos paisajes naturales, realizar rutas de senderismo e incluso subir a cumbres como Peña Trevinca:
la montaña más alta de Zamora.
También tenemos que tener en cuenta que además de disfrutar de esto, debemos intentar luchar porque la vida en estos lugares sea lo más digna posible: que no quiten
servicios de transporte, que mejoren los servicios sanitarios o educativos,...en definitiva, que mejore la vida de los habitantes de Sanabria.
Aunque existen impresionantes lugares para visitar en esta zona, me quedo con el de la foto. Al atardecer, cuando ya el sol está a punto de meterse, tenemos el
privilegio de poder disfrutar de estos instantes en un lugar tan emblemático como este.
En definitiva...un lugar para perderse.


