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Después de descansar un poco en la cima y disfrutar de las magníficas vistas es hora de emprender el camino de vuelta, pues es largo y no conviene descuidarse.
Empiezas a bajar de la cumbre con cierta sensación de pena pero recordando el refrán "lo bueno si breve dos veces bueno" y estando atento al suelo para no tropezar por el fuerte desnivel.
De vez en cuando miras atrás para recordar la cima de la montaña, y viendo un cielo como el que había no puedes resistirte a hacer una foto que inmortalice el momento.
El cansancio sigue ahí pero al menos un momento de descanso para contamplar la montaña y tomar un poco de aire.
Según bajas se ve claramente el Río Tera, camino de Vega de Conde. Y poco después la "Presa Rota" o Vega de Tera, que una noche de Enero de 1959 se llevó para siempre los sueños de cientos de habitantes de Ribadelago.
Desde allí todo se ve diferente.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Bajando de Trevinca
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