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Era una tarde un tanto desapacible, aunque típicamente otoñal (lluvia intermitente, nubes, etc...).
Acudimos de nuevo al pueblo para dar un paseo por el cañón y aprovechar para ver cómo estaba la zona y hacer alguna fotografía.
Cuando comienza uno a caminar por el cañón, es necesario fijarse en los detalles y sobre todo conocer la historia del lugar.
Esa historia que nos cuenta el origen glaciar del entorno del Lago de Sanabria, con una de las lenguas del glaciar bajando desde Peña Trevinca por todo el Cañón del Tera.
Allí se pueden identificar perfectamente las características de los valles de origen glaciar, con numerosas rocas gigantescas que el glaciar no pudo empujar más abajo.
En este lugar un geólogo disfrutaría viendo un paisaje de origen glaciar "de libro".
En la foto vemos el Río Tera, que nace en las cercanías de Peña Trevinca. El agua no deja de fluir, igual que las personas (difuminadas en la parte superior izquierda
de la fotografía) que a lo largo del tiempo han pasado por aquí.
El tiempo no para, y por este lugar hoy día pasan muchas personas que realizan alguna ruta de senderismo y disfrutan de la Naturaleza.
Pero no podemos dejar de pensar en ese origen glaciar del que hablaba, y que evolucionó en el paisaje que tenemos hoy. Pero al fin y al cabo se seguía el curso de la Naturaleza.
Si uno conoce la historia de este lugar, no dejan de ponersele en ocasiones los pelos de punta cuando piensa en la Presa Rota (embalse de Vega de Tera) que está unos kilómetros más arriba, y que
el 9 de Enero de 1959 se rompió. Una cantidad gigantesca de agua bajo por el Cañón del Tera, llevándose por delante la vida de 144 vecinos de Ribadelago.
¿ Merecen la pena estos supuestos avances de la humanidad ?
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Dedicado a las 144 personas que murieron el 9 de Enero de 1959 en la Tragedia de Ribadelago.
martes, 19 de noviembre de 2013
El Río Tera al final del Cañón
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